La querida de un corrupto del ayer recibió un regalo: el Teatro Xola y sentenció: "a la chingada todas esas placas teatrales del vestíbulo porque aquí la única estrella soy yo". Y ordenó cortar cabezas y quitar todas las placas de glorias teatrales como Ofelia Guilmáin, Dolores del Río, Maricruz Olivier e Ignacio López Tarso.
La querida enchamucó el escenario con Alicia en el país de los colchones. Hasta la marquesina destruyó la poseída mujercita. El Teatro Xola quedó salado. Todo lo que ahí se montaba tronó hasta que llegaron talentosos productores y maestros teatrales como
Rafael Perrín, Antonio Calvo y Carlos Bracho.
¿Realizaron exorcismos en cada butaca con Los 39 escalones? El Teatro Xola es mal llamado Julio Prieto. Muy pocos saben a estas alturas quién fue el escenógrafo Julio Prieto, razón por la que seguimos llamándolo Teatro Xola. Recuerdo cuando López Tarso inauguró el teatro que lleva su nombre y fue el primero en decir que mejor debería seguir llamándose como el lugar donde se encuentra: San Ángel.
Ahora en el Teatro Xola triunfa La dama de negro.
Próximamente cumplirá 20 años de representaciones. La he visto en muchísimas ocasiones y siempre es diferente. El vampiro Germán Robles le dio un toque muy especial. Una vez me encabroné terrible porque la representación se convirtió en un chacoteo escénico. Discutí con su director e intérprete Rafael Perrín, que en esa ocasión no estuvo al frente de la representación. Hasta cortamos lazos de amistad por un tiempo.
Hace unos días decidí reconciliarme con la maldita Dama de negro al Teatro Xola y quedé fascinado. Sigue siendo una obra vanguardista popular y tiene como galán a un señor actorazo de primera: Benjamín Rivero.
Lleva muchos años en el romance con la maldita Dama de negro. Hasta ahora lo conocí y mis respetos. Tiene presencia escénica, luce sensacional en la atmósfera de misterio londinense. Ni hablar de mi talentoso Rafael Perrín interpretando varios personajes y equilibrando morcillas teatrales que festeja la gente pero retomando con disciplina el texto del terror.
La maldita Dama de negro sigue siendo mi adorada Patricia Perrín. Admirable su caracterización. De vez en cuando la suple una querida delegada de la ANDA, Guadalupe Carcaño.
Jamás había tenido galán La dama de negro. Sí la habían rodeado grandes actores pero no un señor galán actor. ¡Hoy muchas mujeres la envidian! Benjamín Rivero le da otra dimensión a la historia de fantasmas vengativos con una iluminación sensacional de César Perrin Trujillo, que en otras representaciones no existía.
La película de La dama de negro sí tiene galán y es Harry Potter, pero resultó chaférrima, al estilo la taranovela de Gloria Trevi.
¡Lástima de fabulosas locaciones! La primera versión fílmica de La dama de negro (1989) jamás se estrenó en México y sí es muy buena y apegada a la novela de Susan Hill. Pero lo que es una fregonería es la representación escénica mexicana y siempre fascinante y sorpresiva. No aburre y atrapa hasta al más escéptico.
Aparte tiene galán pero no lo veas a los ojos. ¡Benjamín Rivero te puede arrastrar al infierno!
Fuente: Diario Basta / Maestro Gudinni
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