Q.D.E.P. |
Fue a partir de las 08:00 horas de ayer que a través de los diferentes medios informativos, amigos y familiares de Iris Alejandra Ruiz Guerra, de 25 años, se enteraron de la noticia de su
muerte.
Su hermano la encontró en su cuarto; con una mascada sobre el cuello, el cuerpo de la joven pendía de la protección de una ventana. Había terminando con su vida y las razones nadie las sabía, pues a decir de sus familiares siempre fue una persona alegre que contagiaba optimismo a quien se cruzara por su camino.
La joven apenas comenzaba a sobresalir en su profesión. Era locutora de un programa radiofónico de una estación local, además fungía como productora y conductora de los cortes informativos del noticiero Milenio Radio.
La joven culminó sus estudios como Licenciada en Comunicación en julio de 2009, se graduó en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila, donde la noticia causó consternación y tristeza entre sus profesores, quienes no logran comprender el motivo que tuvo Alejandra para acabar con su vida.
Su muerte también deja un gran vacío entre sus compañeros de trabajo, quienes a través de las redes sociales publicaron muestras de apoyo para la familia, además de la sorpresa que causó en ellos la noticia de su deceso.
Las autoridades no lograron determinar algún motivo por el cual la comunicadora tomara la fatal decisión, pues no dejó algún indicio sobre la situación que la pudiera llevar a acabar con su vida.
Sus familiares hasta el momento no han emitido alguna declaración al respecto, se encuentran consternados y están tratando de asimilar lo que sucedió durante la noche para que la joven tomara la determinación de acabar con su vida.
En un intento por comprender las razones que tuvo Iris para suicidarse, algunos de sus amigos comentaron que los últimos mensajes que dejó escritos en su página de Facebook la joven externaba una tristeza.
“Esta punzada en el corazón que no me deja respirar”, fue el último mensaje que dejó la comunicadora en su página social y ésas son las últimas palabras que se quedarán grabadas en el corazón su familia, amigos y compañeros de trabajo, que intentan comprender el porqué una mujer como ella pudiera acabar con su vida, si nunca dio muestras de padecer depresión o tener problemas muy graves.
Fuente: (Milenio)
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